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¿Qué son los trastornos del sueño?

Los trastornos del sueño (o los trastornos del sueño y la vigilia) implican problemas con la calidad, el tiempo y la cantidad de sueño, que resulta en angustia y dificultades para funcionar durante el día. Los trastornos del sueño y la vigilia suelen ocurrir junto con enfermedades u otros trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad o los trastornos cognitivos. Existen varios tipos diferentes de trastornos del sueño y la vigilia, de los cuales el insomnio es el más común. Otros trastornos del sueño y la vigilia son la apnea obstructiva del sueño, las parasomnias, la narcolepsia y el síndrome de piernas inquietas.

Las dificultades para dormir están vinculadas a problemas físicos y emocionales. Estas dificultades pueden contribuir o agravar los trastornos mentales y pueden ser un síntoma de otras afecciones médicas.

Aproximadamente una tercera partede los adultos reportan padecer sĂ­ntomas de insomnio y entre el 4 % y el 22 % cumple con los criterios para el trastorno de insomnio.1

La importancia del sueño

El sueño es una necesidad humana básica y es fundamental para la salud física y mental. Por lo general, hay dos tipos de sueño que ocurren en un patrón de tres a cinco ciclos por noche:

  • Con movimiento ocular rápido (o sueño REM, siglas del inglĂ©s "rapid eye movement"): cuando se produce la mayor parte de la actividad onĂ­rica o de ensoñaciĂłn
  • Sin movimiento ocular rápido (o sueño no REM): tiene tres fases, incluido el sueño más profundo.

También es importante en qué momento nos dirigimos a acostarnos a la cama a dormir. Generalmente, el organismo funciona en un ciclo de 24 horas (ritmo circadiano) que ayuda a saber cuándo debemos irnos a dormir.

Cuánto sueño necesitamos varía según la edad y de persona a persona. Según la National Sleep Foundation, la mayoría de los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño por noche, preferiblemente con horarios de sueño y vigilia constantes.

Muchos de nosotros no dormimos lo suficiente. Un tercio de los adultos indica que suele dormir menos que la cantidad de horas de sueño recomendada y solo alrededor del 30 % de los estudiantes de secundaria duerme al menos ocho horas en una noche escolar promedio.2 Aproximadamente el 34 % de los estadounidenses afirma que la calidad de su sueño es "baja" o "regular"3

Más de 50 millones de estadounidenses tienen trastornos crónicos del sueño.2

Las consecuencias de la falta de sueño y las enfermedades coexistentes

El sueño contribuye al adecuado funcionamiento del cerebro. No dormir lo suficiente o tener un sueño de baja calidad tiene muchas posibles consecuencias. Los problemas más obvios son la fatiga, la disminución de la energía, la irritabilidad y la falta de concentración. La capacidad de tomar decisiones y el estado de ánimo también pueden verse afectados. Los problemas del sueño a menudo coexisten con los síntomas de depresión o ansiedad, y pueden exacerbar ambos trastornos; a su vez, la depresión o la ansiedad pueden provocar problemas del sueño.

La falta de sueño y/o dormir demasiado están relacionados con muchos problemas de salud crónicos, como enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad. Los trastornos del sueño también pueden ser una señal de alarma sobre problemas médicos y neurológicos, como la insuficiencia cardíaca congestiva, la osteoartritis y la enfermedad de Parkinson.

Preocupaciones sobre el sueño entre los adultos hispanos/latinos

La investigación es limitada sobre los problemas del sueño entre los hispanos/latinos y aún más limitada entre los subgrupos de esta población heterogénea.

Algunas investigaciones encontraron que los hispanos en general tenían de 2 a 3 veces más probabilidades de tener una duración de sueño corta (<6 horas) en comparación con los blancos; otros estudios no encontraron diferencias significativas consistentes entre los hispanos/latinos y los blancos en la calidad del sueño o los síntomas de insomnio. Las investigaciones que analizan los problemas relacionados con el sueño por parte de los grupos de ascendencia o herencia hispana/latina encontraron que las personas con ascendencia puertorriqueña parecen tener una peor salud general del sueño en comparación con las personas con ascendencia mexicana. También ha habido algunas diferencias en cuanto a la natividad, con cierta ventaja entre los inmigrantes. Por ejemplo, en comparación con los blancos nacidos en EE. UU. o los mexicoamericanos nacidos en EE. UU., los inmigrantes mexicanos eran sustancialmente menos propensos a tener síntomas de insomnio o a tener habitualmente un tiempo de sueño corto (<7 horas). Además, un estudio encontró evidencia de mayores probabilidades de mala calidad del sueño solo entre los latinos de 75 a 93 años de edad en comparación con sus contrapartes étnicas y de edad.

Trastorno de insomnio

El insomnio, el trastorno del sueño más común, supone problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido. Alrededor de un tercio de los adultos indica que tiene algunos síntomas de insomnio, entre el 10 % y el 15 % menciona problemas para desempeñarse durante el día y entre el 4 % y el 22 % tiene síntomas lo suficientemente graves como para cumplir con los criterios para el trastorno de insomnio. Se calcula que entre el 40 % y el 50 % de las personas con insomnio también tiene otro trastorno mental.1

SĂ­ntomas y diagnĂłstico

Para que se diagnostique un trastorno de insomnio, las dificultades para dormir deben presentarse al menos tres noches a la semana durante al menos tres meses y causar angustia o problemas significativos en el trabajo, la escuela u otras áreas importantes del desempeño diario de una persona. No todas las personas con trastornos del sueño están angustiadas o tienen problemas al desenvolverse.

Para diagnosticar el insomnio, un médico descartará otros trastornos del sueño (vea las enfermedades relacionadas a continuación), los efectos secundarios de medicamentos, el uso de sustancias, la depresión y otras enfermedades físicas y mentales. Algunos medicamentos y enfermedades pueden afectar el sueño.

Una evaluación integral del insomnio u otros problemas del sueño puede implicar el análisis de antecedentes de un paciente, un examen físico, un diario de sueño y pruebas clínicas (un estudio del sueño o polisomnografía). Un diario de sueño es un registro de sus hábitos para dormir para discutir con su médico. Incluye información sobre aspectos tales como cuándo se acuesta, se duerme, se despierta, se levanta de la cama, toma siestas, hace ejercicio, come y consume alcohol y bebidas con cafeína. Asimismo, un estudio del sueño le permite al médico identificar la duración y la calidad del sueño, y detectar problemas específicos para dormir.

Los problemas del sueño pueden presentarse a cualquier edad, pero lo más comĂşn es que comiencen en la edad adulta. El tipo de insomnio a menudo varĂ­a con la edad. Los problemas para conciliar el sueño son más comunes entre los adultos jĂłvenes. Los problemas para permanecer dormido son más comunes entre los adultos de mediana edad y mayores.

Los sĂ­ntomas de insomnio pueden ser:

  • EpisĂłdicos (con un episodio de sĂ­ntomas que duran de uno a tres meses)
  • Persistentes (con sĂ­ntomas que duran tres meses o más)
  • Recurrentes (con dos o más episodios en un año) Una situaciĂłn o un hecho especĂ­fico de la vida tambiĂ©n puede desencadenar los sĂ­ntomas del insomnio.

Tratamiento y autoayuda

Los problemas del sueño muchas veces pueden mejorar mediante la aplicación de buenos hábitos para dormir de manera regular. (Consulte la sección de higiene del sueño para conocer consejos al respecto). Si estos problemas persisten o si llegan a interferir en cómo se usted se siente o se desempeña durante el día, debe consultar a un médico para que lo evalúe y le dé un tratamiento.

Los trastornos del sueño deben abordarse específicamente y con independencia de los problemas mentales o de otros problemas médicos que puedan existir. Normalmente, el insomnio crónico se trata con una combinación de medicamentos para el sueño y técnicas de comportamiento, como la terapia cognitiva conductual. Se pueden usar diversos tipos de medicamentos para tratar el insomnio y ayudarlo a conciliar el sueño o permanecer dormido.

La mayoría de estos solo deben usarse durante períodos breves y bajo la supervisión de un médico, ya que pueden causar dependencia. Algunos antidepresivos, medicamentos que nos causan dependencia, también se usan para tratar el insomnio. La mayoría de los medicamentos para el sueño de venta libre contienen antihistamínicos, utilizados comúnmente para tratar las alergias. No son adictivos, pero pueden perder efectividad con el tiempo. También pueden propiciar la confusión, visión borrosa, retención urinaria y caídas en los adultos mayores, por lo que deben usarse con precaución en esta población.

Muchas personas recurren a enfoques de salud complementarios como ayuda ante los problemas del sueño. Según los National Institutes of Health, algunos pueden ser seguros y efectivos, otros carecen de evidencia para sostener su efectividad o plantean inquietudes sobre su seguridad.

  • Las tĂ©cnicas de relajaciĂłn, usadas antes de acostarse, pueden ser Ăştiles para el insomnio.
  • Los suplementos de melatonina pueden ser Ăştiles para las personas con algunos tipos de insomnio. No se ha investigado la seguridad a largo plazo.
  • Los enfoques de la mente y el cuerpo, como la atenciĂłn plena, la meditaciĂłn, el yoga, la masoterapia y la acupuntura carecen de evidencia para demostrar su utilidad, pero generalmente se consideran seguros.
  • No se ha demostrado que las hierbas y los suplementos dietĂ©ticos sean efectivos para el insomnio. Algunos de estos, incluidos el L-triptĂłfano y la kava, plantean inquietudes sobre su seguridad, mientras que otros pueden interactuar con sus medicamentos recetados.

Informe a su médico sobre los medicamentos o suplementos alternativos que usted toma.

Higiene del sueño: consejos saludables para abordar los problemas del sueño.

  • Respete el horario para dormir: acuĂ©stese y despiĂ©rtese a la misma hora, incluso los fines de semana.
  • Permita que el cuerpo se desacelere con una actividad relajante, como leer lejos de las luces brillantes y evitar los dispositivos electrĂłnicos antes de dormir.
  • Evite las siestas, especialmente por la tarde.
  • Haga ejercicio fĂ­sico a diario.
  • Preste atenciĂłn al ambiente del dormitorio (lo mejor es que estĂ© tranquilo, fresco y oscuro), asĂ­ como a su colchĂłn y almohada (deben ser cĂłmodos y ofrecer un buen apoyo).
  • Evite el alcohol, la cafeĂ­na y las comidas pesadas por la noche.

Otros trastornos del sueño

Referencias

  1. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5-TR), Fifth edition - Text Rivision. 2022.
  2. Centers for Disease Control and Prevention. Sleep and Sleep Disorders.
  3. National Sleep Foundation. Sleep Health Index. 2017.

Revisión por médicos

Bernardo Ng, M.D.
Septiembre 2024

Felix Torres, M.D., M.B.A.
Marzo de 2024

Medical leadership for mind, brain and body.

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